ATLENAL
A cinco cuadras del parque principal de Envigado hay una esquina completamente pintada de verde y blanco, es el cruce de la calle 38 sur con la carrera 37 en el barrio Mesa, esta esquina, hace más de 80 años, es una de las más representativas de este municipio del valle de Aburrá. Y ello se debe a la permanencia de un bar que simboliza la pasión de los hinchas de Atlético Nacional, el bar ATLENAL.
En 1937 el señor Ernesto Álvarez abrió el local y lo llamó con el apodo que los envigadeños le habían adjudicado a él, El Quijote; unos años más tarde el negocio lo compró don Antonio Urdinola, entusiasta seguidor del VERDE PAISA, y lo registró ante las autoridades de Envigado con el nombre de ATLENAL. Desde ese momento el bar se convirtió en sitio obligado de reunión de los fanáticos del VERDE.
Algún tiempo después Aníbal Rojas, un antioqueño de pura cepa, adquirió el bar, llevó toda SU colección de tangos y llenó las paredes de cuadros y fotografías del Rey de Copas. En ATLENAL los partidarios del VERDE han gozado intensamente la ráfaga de títulos del equipo, pero uno de los títulos del equipo se vivió allí con desenfrenado arrebato, la Copa Libertadores de América de 1989.
Muchos jugadores, técnicos y directivos de Nacional han pasado tardes enteras en ATLENAL escuchando tangos y hablando de la pelota con don Aníbal. Porque otro de los atractivos del bar es el viejo traganíquel del año 1944 repleto de tangos, son discos originales de larga duración en 78 revoluciones a una módica suma de 200 pesos por canción. Uno de los tangos más apetecidos de toda la clientela es “Tango para Nacional”, escrito por Eliseo Marchese e interpretado por Carlos Valdés, todo un himno para la fanaticada verde, que entonado con loco frenesí, pone a temblar las alineaciones de las diferentes épocas en las paredes de ATLENAL.
ATLENAL, santuario de la devoción de un amor que no se extingue, Atlético Nacional.