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El hincha número 1 de La Danza del Sol

El hincha número 1 de La Danza del Sol

Gilberto Burgos Palacio, muchísimo más conocido como Chalín, nació en Medellín en 1918 y profesó desde siempre, como una religión, su amor al Deportivo Independiente Medellín. Fue quizás el único fanático del Poderoso de la Montaña que disfrutó los los seis títulos del equipo.

Chalín siguió al DIM, hasta en verso riman estas dos palabras como en poética celebración del personaje y el club, desde los primeros partidos que disputó en el campeonato colombiano en el campo de juego Los Libertadores, que por esos años era un hipódromo y que hoy en día es un cúmulo de casas en el barrio San Joaquín. Prosiguió acompañando el equipo en el campo San Fernando, qué también era un hipódromo ubicado en el municipio de Itagüí, y asistió muchas noches en semana y muchos domingos en la tarde para ver jugar al Rojo en el Atanasio.

El carné # 001 que expidió la institución roja para los hinchas fue para Chalín, se lo entregó el presidente del Medallo en ese momento, el señor Alberto Villa, y él lo mantuvo en su billetera durante el resto de su vida, que afortunadamente fue larga, como uno de sus tesoros más preciados.

Chalín recordaba con rigurosa fidelidad histórica cada una de las alineaciones del Poderoso y tenía que enjuagarse las lágrimas de la emoción cuando mencionaba al “Charro” Moreno, a Corbatta, a Ómar Ayala (un defensor argentino que vivió en la casa de Chalín durante su estadía en Medellín), al “Caimán” Sánchez, a Ponciano Castro, a la “Pelusa” Pérez, a Parejita, a Bobadilla y al “Matador” Cano. 

Para Chalín el mejor gol del Rojo en toda su historia ha sido el que le metió Mao Molina a Nacional el 15 de junio de 2005, un gol olímpico en un clásico, una fantasía hecha realidad.

Chalín murió en el 2018, casi a punto de cumplir los 100 años, en su casa del barrio El Chagualo, aferrado a los emblemas de la causa roja y soñando con seguir al Poderoso desde la eternidad. Pero en verdad no ha muerto, vivirá para siempre en las tribunas del Atanasio gritando con fervor cada uno de los goles del DIM.

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